«Los mismos lugares» por Santiago López Quesada
Me senté con el Panza y le pedí la ventana. No tuvo problema. El Panza nunca tenía problemas con nada ni con nadie. Eso lo convertía en una de las personas más agradables para convivir, para viajar, hablar, emborracharse, fumar, lo que sea. Era el mejor compañero que uno podía[…]
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